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Diferencia entre grasa y aceite

Un fallo común a la hora de elegir un lubricante industrial es no diferenciar entre grasa y aceite. Es importante entender esta diferenciación, ya que cada uno de estos compuestos posee sus propias características y tiene sus propias aplicaciones concretas. En este artículo os explicaremos qué son, sus características y sus diferencias.

¿Qué es un aceite?

Los aceites lubricantes son sustancias de consistencia fluida que se utilizan como sustancia intermedia entre dos superficies en las que exista fricción. Se elaboran a partir de aceites minerales derivados del petróleo, no obstante, también se consiguen de fuentes naturales o por elaboración sintética.

Sus propiedades facilitan su manipulación, generando una mayor sencillez a la hora de controlarlos, y una mayor velocidad en cuanto a bombeo se refiere. También son más fáciles de limpiar y evacuan el calor.

¿Qué es una grasa?

La grasa es un lubricante de tipo semifluido y con características no newtonianas, lo que hace que sean más útiles en situaciones donde la presión entre en juego. Se elabora a partir de aceites minerales y espesantes, lo que le otorga las características necesarias para adherirse y mantenerse sobre las superficies.

Frente al uso de aceites se caracteriza por requerir una menor frecuencia de aplicación y por garantizar una mayor duración en la parte que se quiera lubricar de la máquina, dotando a esta de una mayor protección y actuando como agente sellante de esta.

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Sus características

Como hemos comentado, las propiedades de cada una de estas sustancias son la base de la diferenciación entre ambas. A continuación, te vamos a explicar estas propiedades:

Propiedades del aceite

Las propiedades del aceite vienen dadas principalmente por la naturaleza de su base, no obstante, los aditivos también alteran esas características. Normalmente la base proviene de derivados o de reacciones químicas del petróleo. La mezcla de la base y los aditivos definirá su viscosidad, su resistencia a la oxidación y su punto de fluidez.

El aceite normalmente se encuentra en estado líquido, dotando a los sistemas que los suministran de una gran velocidad de bombeo. Esta característica le permite también ser más fácil de manipular y de limpiar.

El aceite suele abarcar un rango de temperatura amplio respecto a otros líquidos, lo que le dota de la capacidad de funcionar también como regulador del calor en las máquinas que lubrica.

Propiedades de la grasa

La grasa, además de aceite y aditivos, lleva también un elemento espesante. A nivel de composición es lo que le diferencia principalmente del aceite. Este componente dota a la grasa de una consistencia y densidad mayor y de propiedades distintas a las del aceite, como una mayor duración en la superficie de fricción y una función de agente sellante entre las partes de la máquina que se engrasan.

Otras propiedades de la grasa son:

  • Gran adherencia a las superficies.
  • Protección contra el desgaste proveniente de la fricción.
  • Protección contra la corrosión.
  • Punto de ebullición muy alto respecto a otros lubricantes.
  • Absorción de vibraciones.

Estado físico

Los lubricantes poseen una serie de características físicas que se han de tener en cuenta a la hora de trabajar con ellos. Una de las más relevantes es la viscosidad.

La viscosidad se define como la resistencia de un fluido a ser desplazado por una fuerza, es decir, la oposición de este a fluir. Esta variable se ve influenciada por la temperatura en compuestos con características newtonianas (como los aceites) y también por la presión en sustancias no newtonianas (como las grasas).

La viscosidad de cualquiera de estos compuestos es una variable fundamental cuando se trabaja con ellos, por lo que hay que considerar la temperatura y la presión a la que se someterán durante el proceso.

Aplicaciones

Cada uno de estos compuestos tiene distintas aplicaciones, ya que sus propiedades les hacen orientarse hacia distintas funciones.

Los aceites están más orientados hacia maquinaria de alta velocidad, como cajas de engranajes, bloques rápidos de laminación y lubricación de cojinetes planos. Esto es así debido a que usualmente requieren de un flujo de lubricación constante orientado a la refrigeración del sistema.

Las grasas sin embargo están enfocadas a maquinaria que sólo demanden lubricación y no refrigeración. Algunos ejemplos podrían ser rodamientos antifricción, cadenas y engranajes abiertos.

engranaje lubricado

Diferencia entre ambos

La diferencia principal que distingue a las grasas de los aceites es la consistencia. Mientras que los aceites se pueden considerar líquidos, las grasas poseen una consistencia mayor, permitiéndoles mantener su forma durante más tiempo en situaciones de temperatura y presión determinadas.

Esto hace que las grasas sean más adecuadas para piezas que estén sometidas a situaciones de presión y temperatura elevadas, como cojinetes, transmisiones o levas.

Los aceites por otro lado aportarían una fluidez y una velocidad más adecuada para sistemas como reductores mecánicos o transformadores.