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Las fases de desgaste en rodamientos 

Un rodamiento es una pieza, habitualmente de metal, compuesta por dos anillos (exterior e interior), elementos rodantes y una jaula que los mantiene en la posición adecuada. Se utilizan para guiar y apoyar componentes que giran entre sí y son una pieza fundamental de cualquier industria. 

Los rodamientos, como cualquier otra pieza, sufren un desgaste a lo largo de su vida útil. Son una de las piezas más sometidas a estrés, por tanto, se ha de tener en cuenta cómo afecta esto a su estado físico. 

Quédate a leer este artículo para conocer la importancia de estos componentes, las fases del desgaste que atraviesan y como prevenir este desgaste. 

¿Por qué son importantes los rodamientos en tu maquinaria? 

Los rodamientos tienen un papel clave dentro del funcionamiento de la mayoría de las máquinas. Ayudan a transmitir movimiento entre piezas, facilitando una gran cantidad de tareas y aumentando la eficiencia en la transmisión de fuerza. 

Según el tipo de rodamiento, ya sean rodillos cilíndricos, cónicos, esféricos, rodamientos de bolas o de agujas, generarán más o menos fricción y transmitirán el movimiento en una dirección u otra. 

Fases del desgaste de rodamientos 

Los rodamientos consiguen reducir la fricción entre piezas gracias a la optimización en la transmisión del movimiento. Esto les genera un desgaste que se prolonga en el tiempo. Podemos identificar cuatro fases distintas desde el punto de vista del desgaste: 

Fase 1 

Se considera que, en esta fase, el componente actúa con normalidad. Pero es aquí donde aparecen los primeros indicios del desgaste en el rodamiento. 

En esta fase comienzan a aparecer pequeñas rayaduras en las superficies, siendo estas muy leves. No afectan a la operación normal del rodamiento, sin observarse apenas en el espectro ni en la frecuencia de rotación. 

Fase 2 

En este momento empiezan a aparecer las primeras lecturas de vibración a alta frecuencia. Esto indica que se está empezando a desarrollar un desgaste abrasivo del rodamiento.  

Fase 3 

A medida que el daño del rodamiento progresa, se incrementa tanto la amplitud de las frecuencias de fallo como la vibración en aceleración a alta frecuencia. El seguimiento de su evolución nos permite planificar su remplazo con la suficiente antelación. 

Fase 4 

Esta es la última fase del desgaste del rodamiento. Cuando el rodamiento se encuentra muy dañado, aparecen síntomas similares a holguras y roces. También puede aparecer ruido de fondo, detectable en aceleraciones a alta frecuencia. 

Varios rodamientos con jaula

Cómo detectar el deterioro de un rodamiento 

La mejor manera de detectar fallos en los rodamientos es conocer la fuente del problema y detectarlo de manera preventiva. Esto pasa por la preparación de un programa de mantenimiento que tenga en cuenta el análisis del estado y el mantenimiento predictivo.  

Esto no solo nos proporcionará indicaciones del desgaste del rodamiento, sino también una evaluación de la gravedad de las fallas y recomendaciones de acciones correctivas. 

Como prevenir el desgaste de los rodamientos 

Existen una serie de prácticas fundamentales para prevenir el desgaste de los rodamientos. Todas ellas aportan valor preventivo al mantenimiento de estas piezas, dotándolas de una mayor vida útil y evitando accidentes graves. 

Las practicas son las siguientes: 

Asegurarse de una buena lubricación 

Como especialistas en sistemas de lubricación, desde Nortek sabemos que este es un aspecto fundamental para mantener en buen estado un rodamiento. 

Una lubricación adecuada genera una fina película entre las superficies de contacto del rodamiento, minimizando el contacto directo entre los metales. Esto reduce el desgaste por fricción y prolonga su vida útil. 

Reducir la contaminación 

Los contaminantes como polvo, suciedad, agua y partículas metálicas pueden causar abrasión en las superficies internas del rodamiento. Esto les conduce a un desgaste por fatiga acelerado y reduce significativamente la vida útil del rodamiento. 

Estos contaminantes pueden alterar también la composición del lubricante, reduciendo su efectividad. Un lubricante contaminado no puede formar una película adecuada entre las superficies en contacto, lo que incrementa la fricción y el desgaste. 

Evitar choques y vibraciones 

Los choques, golpes y vibraciones pueden generar en la estructura del rodamiento distintas deformaciones plásticas. Estas deformaciones pueden generar puntos de estrés concentrado, acelerando el desgaste y aumentando el riesgo de fallos prematuros. 

También pueden tener otros efectos negativos, como generación de pequeñas fisuras, desalineación de componentes, perdida de lubricación o aumento de ruido. 

Reacondicionar el rodamiento si es posible 

Inspeccionar y reparar el rodamiento también es una práctica fundamental a la hora de prevenir el desgaste y evitar fallos en el rodamiento. Para el reacondicionamiento de este se pueden llevar a cabo acciones prácticas tales como la restauración de superficies, reemplazo de componentes dañados o limpieza de contaminantes. 

Teniendo en cuenta estas prácticas y monitorizando el estado de tus rodamientos, lograrás un mejor estado físico de estos y ahorrarás en gastos de mantenimiento y sustitución de piezas a largo plazo.